5 de diciembre de 2013

Las ONGD Españolas en Honduras ante la Crisis de la Cooperación al Desarrollo


La actual crisis social y económica que está atravesando España está afectando de forma más intensa a la población más vulnerable tanto dentro como fuera de las fronteras del Estado Español. Los recortes producidos como una “adaptación” a la crisis han colocado la Ayuda Oficial al Desarrollo en una posición anecdótica en el marco de los presupuestos propuestos para el año 2014 situándola por debajo del 0.2% de la RNB y en los que la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo acumula una caída en su presupuesto del 70% desde 2011. La Cooperación Internacional es asumida, más que nunca, como una herramienta política más que como una responsabilidad solidaria. La acumulación de la mayor parte de los presupuestos de Ayuda Oficial al Desarrollo en el Ministerio de Economía y Hacienda, en detrimentos de las ONGD o de la propia AECID es prueba de ello.
En Honduras la cooperación española ha sufrido, en los últimos tres años, una constante reducción de recursos materiales y humanos, especialmente desde el sector de las ONGD. El diagnóstico levantado por la Coordinadora de ONGD Españolas en Honduras, analizando la trayectoria de inversiones y proyectos impulsados en el país desde el año 2009 arroja una brutal reducción de fondos públicos gestionados a través de ONGD por medio de las herramientas de convenios y proyectos AECID, reduciéndose un 20% en 20131.
La cooperación descentralizada, tan vinculada históricamente a Centroamérica especialmente desde el Huracán Mitch, ha sufrido muchas discontinuidades2, afectando seriamente los procesos comunitarios y locales. No obstante, es significativo el esfuerzo de algunos ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas españolas que, pese a los recortes, siguen apostando por una cooperación basada en la justicia y la corresponsabilidad.
Los recortes en la cooperación española han afectado profundamente a las propias ONGD, reduciendo sus equipos con la consiguiente pérdida de puestos laborales. En los tres últimos años, han sido forzadas a abandonar Honduras cuatro organizaciones con presencia histórica en el país por falta de recursos económicos. Del mismo modo, diversas entidades están tendiendo a modelos de organización regional que requieran menos inversión, afectando negativamente a su capacidad operativa y su acompañamiento cercano a los proyectos. Esta reducción de la presencia en terreno de las ONGD Españolas aleja aún más a la cooperación española de un modelo horizontal acompañando procesos locales y comunitarios, acercándose a modelos verticales basados en la financiación.
Pero tras tantas cifras, porcentajes y tendencias, se ocultan historias, procesos y rostros de aquellas personas acompañadas por las ONGD Españolas. Tras los recortes encontramos trucados los sueños de organizaciones españolas y hondureñas que han trabajado conjuntamente desde hace varios años por un país más justo y solidario. Las ONGD Españolas se han caracterizado por su trabajo en seguridad alimentaria, en fortalecimiento de la salud pública, en mejora de la calidad educativa, en procesos de defensa de los derechos de las mujeres y en el acceso al agua. Son decenas las municipalidades y otras instancias públicas que han llevado a cabo proyectos con éxito impulsados por las ONGD Españolas.
El trabajo de las ONGD ha sido históricamente la cara más solidaria de la ciudadanía española. En cada rincón de Honduras se encuentra un campesino, una maestra, un padre, una niña o un joven que valora el impacto positivo que la cooperación española, a través de las ONGD, ha tenido en su familia, en su comunidad o en su municipio. La cooperación a través de las ONGD es, sin duda, la forma de solidaridad más justa, más eficiente, con mayor impacto y más cercana a las personas vulnerables, fortaleciendo sus derechos y haciéndolas partícipes de su propio desarrollo. Una cooperación que pone a las personas por encima de cualquier interés político o económico, característica lamentablemente común de la cooperación bilateral.
Ante la actual coyuntura, las ONGD Españolas en Honduras afrontamos el reto de adaptarnos a condiciones adversas sin perder nuestro espíritu solidario, preparándonos para las consecuencias más graves de la crisis que empezarán a constatarse en 2014, con la finalización de convenios y proyectos. El mantenimiento (y en algunos casos aumento) de los fondos propios provenientes de donaciones, socios y otras colaboraciones privadas es un gesto de que la sociedad española sigue apostando por las ONGD para canalizar su compromiso solidario por la justicia. El trabajo en red, en plataformas y coordinadoras será clave para, desde la diversidad, aportar en los procesos de desarrollo y defensa de los derechos humanos. Un camino compartido entre la sociedad civil española y hondureña será la clave para impulsar procesos de cambio, que transformen las estructuras generadoras de pobreza e injusticia hacia procesos de cambio social construyendo un mundo más justo para todos y todas. En tiempos de crisis, es necesaria más solidaridad.
1 Aportes de la cooperación española a través de proyectos y convenios para las ONGD en Honduras registrados en el diagnóstico: 2009 (5456,761.53 €), 2010 (6752,202.02 €), 2011 (10751,791.64 €), 2012 (4901,569.41 €) y 2013 (1115,617.00 €).

2 Aportes de la cooperación descentralizada registrados (ayuntamientos, comunidades autónomas) a través de proyectos para las ONGD registrados en el diagnóstico: 2009 (4917,305.51 €), 2010 (4503,484.86 €), 2011(498,746.78 €), 2012 (6287,618.72 €) y 2013 (8841,329.57 €).
Nota elaborada por la Coordinadora de ONGD Españolas en Honduras

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